Punto contado y dibujo libre, solos o combinados: encajes de aguja, bolillos o malla; Lagartera, Almagro, Camariñas... cuántos, en artesanía textil, tienen parangón con las labores españolas, famosas en todo el mundo y con ejemplares de museo desde, al menos, el siglo XVI.
Son labores que aún hoy, gracias fundamentalmente al turismo, perviven pero... ¡ay!, muy simplificadas, limitadas a los puntos de más rápida ejecución y las combinaciones más efectistas.
¿Dónde encontrar el primoroso acabado que ha supuesto el pilar insustituible en la fama de las blondas catalanas?
Oficios milenarios desaparecen; ya no son necesarios.
La facilidad de las comunicaciones permite acceder fácilmente a productos que, hasta hace apenas un siglo, sólo se hacían para el consumo de un pueblo, una comarca...
En esas sociedades, mucho más autárquicas que las actuales, las mujeres hilaban, tejían y adornaban ellas mismas los elementos que eran necesarios en un hogar: manteles, sábanas, vestidos, ropa interior. Y también los que se precisaban para las ceremonias festivas y religiosas. Todos los ciclos vitales, tanto de la comunidad como de los individuos tenían sus rituales, sus adornos propios, y allí aparecen como un elemento fundamental las artes del adorno, del lujo.
Ahora no tiene sentido fabricar todos los productos necesarios para la vida en cada comunidad, basta con traerlos de los lugares donde se producen más baratos y en mayor cantidad. Se igualan los objetos y la vida.
Se empobrece la cultura material y también la espiritual. Las tradiciones particulares de cada cultura, de cada pueblo, se van diluyendo por falta de gente que las conserve vivas.
Y así una gran riqueza histórica y cultural corre el riesgo de perderse definitivamente. ¡Vamos pues a conservarlas! ¿Objeto de lujo u objeto cultural? Yo diría que ambas cosas.
A través de esta página se pretende:
- Acercar al curioso navegante a la historia y técnicas de las distintas regiones.
- Ir recuperando los motivos y técnicas abandonadas a lo largo del tiempo.
- Crear con ellos nuevas combinaciones, adaptadas al gusto y las necesidades actuales para que como dice el refrán se vierta vino nuevo en odres viejos y así conservar las tradiciones decorativas y estilísticas adaptándolas a los nuevos tiempos y, ¿por qué no? inventando o reinventándolas como siempre ha sido su destino.
Con esto hago una invitación a todos los que quieran colaborar en este proyecto con noticias, direcciones, o lo que se les ocurra que pueda hacer crecer la idea.
Invito a las personas, asociaciones o proyectos de artesanía tradicional española, a ponerse en contacto conmigo para coordinar la posibilidad de ampliar ideas y dar una vía de salida a tanta y tanta gente que trabaja en soledad.